El joven fue hallado caminando, empapado, por una carretera cercana al mar en Sheerness, la mayor ciudad de la Isla de Sheppey, al sureste de Inglaterra. Iba bien vestido, con traje oscuro, camisa clara y corbata. No llevaba documentación y las etiquetas de la ropa habían sido arrancadas. Al no responder a las preguntas de la policía, decidieron llevarlo a un hospital cercano, donde continuó sumido en su mutismo. Hasta que una de las enfermeras le dio un trozo de papel y unos lápices, con los que pintó un clarísimo y detallado piano de cola. En la capilla del psiquiátrico hay un piano. El joven se puso a tocar y no paró en cuatro horas. Un amnésico puede quedarse sin un solo recuerdo y, sin embargo, no perder la capacidad de comunicarse o de tocar un instrumento musical, como en este caso.

Es la historia de dos ancianas inglesas que viven tan tranquilas en los años 30, antes de la guerra europea, cuando se encuentran a un náufrago. Es un chico joven violinista, judío y polaco. No sabe nada de inglés y sólo puede expresarse con un violín.