Esta mañana iba a echar la lotería. En uno de esos impulsos extraños que me dan de vez en cuando por querer ser millonario, he entrado a una pequeña administración con toda mi ilusión por delante.

Allí me esperaba una mujer ya mayor con su cigarro en la boca (en plan vecina de "Aquí no hay quien viva") mirandome como te puede mirar alguien que sabe que no le vas a dar mucho dinero.

Y tenía razón. El principal motivo de echar la lotería era mirar un par de boletos que arrastraba en la cartera desde hace dos meses. Estaba casi seguro de que no estaban premiados, pero como nunca se sabe prefería que alguien "cualificado" me lo dijera. Ni que decir tiene que el estado de los boletos era francamente mejorable.

Señora: ¿Qué desea?
Yo: Comprobar estos dos billetes

Le doy el más arrugado. Lo mete en la máquina y se lo devuelve. Repite la operación y pasa lo mismo

S: Está un poco mal.
Y: Ya, bueno, dejeló, ya lo compruebo yo por mi cuenta
S: No, da igual

Lo apaña un poco, lo vuelve a meter y ya no sale por ningún sitio. Empieza a ponerse nerviosa, levanta la pantalla y mira, comprueba si queda alguna esquinita por arriba y me mira

S: Me lo has roto
Y (avergonzado es poco): Lo siento mucho
S: Habrá que llamar al técnico

Coge el teléfono. Uno de esos con la ruleta entre el micrófono y el auricular, de los que yo tenía hace mucho tiempo.

S (al teléfono): Buenos días. Aquí la administración x. La máquina que me trajeron nueva ayer (¡Ajá! Eso no me lo había dicho) se ha tragado un papel y no funciona. No funciona. No funciona.

El del servicio técnico le dice algo. Deja el teléfono bocaabajo sobre una silla. Coge el aparato, levanta la pantalla y mira (¡la pantalla!) por detrás. Una y otra vez

S (al teléfono que está bocaabajo sobre la silla): No funciona. No funciona. No funciona

Coge el teléfono

S (al teléfono): No funciona. No funciona. No funciona.
S (a mi): Pues ahora si que la hemos liado. Tiene que venir el servicio técnico. Me quedo el boleto y ya te pasas esta tarde.

Así que he dejado un posible boleto por valor de 1000 millones de €uros en manos de una persona cuyo concepto del manos libres es francamente optimista, que me odia por haberle roto su máquina nueva, que no va a poder vender nada hasta que la arregle el técnico y a la que al final con los nervios no le he comprado nada.

Vamos, que os aseguro que ese boleto no va a estar premiado para mi nosotros :-p