Ayer por la tarde dejé de actualizar. Las noticias eran cada vez más confusas. No se daban datos fiables y los que se daban iban contradiciendo a los que ya se tenían.

Pocas cosas parecen claras. Al final fueron cuatro las bombas que explotaron, tres en metro y una en un autobus. No se sabe si esta última explotó accidentalmente mientras era transportada al metro, si realmente fue puesta allí o si se trata de un atentado suicida relacionado. Por otra parte, se está siguiendo la pista islámica (lógico) pero no se concede toda la credibilidad a la organización que ayer reivindicó el atentado.

En cuanto al número de víctimas, se habla de 38 confirmadas, aunque el número de 52 aparece en bastantes periódicos esta mañana.

Un paso más en la lucha de esta gente por imponer al mundo su estatus de terror. Decían esta mañana en la radio que el principal objetivo de esta gente es conseguir el poder en los países en los que tienen su área de influencia (Irán, Irak, Afganistán, Sudán, etc) y que para eso tienen que conseguir que las fuerzas occidentales abandonen esa zona. En mi opinión, aparte de esta razón, hay por detrás un odio atroz a un estilo de sociedad que representa tanto todo lo odiado por ellos, como todo lo deseado por ellos. Ya se sabe que del amor al odio solo hay un paso.

¿A quién le tocará la próxima vez? Italia y Dinamarca han sido amenazados directamente. ¿Se puede vivir con miedo? ¿Se puede frenar a una gente sin aprecio a la vida y con odio metido en lo más profundo de sus entrañas?

Otra vez más. No será la última.

¿Por qué?