Por fín van a pagar. La justicia humana también les afecta y la Iglesia va a pagar por encubrir los abusos que durante mucho tiempo cometieron sacerdotes católicos en Estados Unidos sobre niños. Por fin años de encubrimientos, de traslados para que repitieran en otro sitio y volver a encubrirlos. Lástima que hayan llegado a un acuerdo por mucho dinero, no irán a la carcel a "pasarlo bien" y nunca serán señalados por lo que hicieron. Espero que el dios en el que creen les espere con una eternidad de tormentos, no hay nada ni nadie que pueda perdonar lo que hicieron.

Es un horror si, pero quizá, si todo hubiera quedado ahí y teniendo en cuenta que el arzobispo de Los Ángeles pide perdón a las víctimas de abusos sexuales, hasta se podría olvidar para siempre (o hasta que se vuelva a repetir). Pero tiene que venir la Iglesia española, en palabras del Nuncio de la Santa Sede en España, a explicar unas cuantas cosas, para que veamos la realidad, porque lo abusos sexuales a niños, si los comenten sacerdotes, sólo son accidentes que hay que perdonar y ocultar:

"En otras entidades, una persona que ha tenido un accidente, que ha tenido ese defecto, se procura corregir. El obispo lo lleva, por otra parte, procurando ayudarle sin echarlo, y en cambio se hace una página entera, eso se llama discriminación", dijo Monteiro en Aranjuez (Madrid).

El nuncio del Vaticano se refirió a estadísticas realizadas por organismos internacionales, según los cuales, los casos de abusos sexuales en los que están implicados sacerdotes se sitúan en último lugar. Puntualizó que la mayoría de casos de abusos sexuales se producen, en primer lugar, "en la familia, en segundo en otras agencias y en último lugar con los sacerdotes".

Sin embargo, reiteró, los casos de abusos sexuales en los que están implicados sacerdotes, "en ciertos medios de comunicación aparecen todos los días en primera página", incluso "casos que se han dado hace 30 o 40 años".

"Uno puede preguntarse por qué la Iglesia debe de pagar y las otras entidades no deben de pagar", dijo Monteiro, quien añadió que "por más que uno quiera ser bueno, es discriminación. Uno va a encontrar los mismos casos casi todos los días, ahí se ve mala intención, digan lo que quieran".

La falta de capacidad de autocritica, la confianza en su impunidad y la desvergüenza alejan cada vez mas a la Iglesia del pueblo que podría quererla y necesitarla. El perdón que promulgaba aquel que ellos toman como su fundador (si pretendía fundar algo, no era esto) no creo que alcance a los monstruos capaces de tocar a niños ni a los dirigentes que los encubren y animan, no puede ser.

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